lunes, 14 de octubre de 2013

Puntos Corazón, una obra en movimiento (2004)

Editorial de Padre Thierry de Roucy - De un Punto Corazón al otro Nº 48 - septiembre 2004
Aunque un carisma sirva para la edificación de la Iglesia  nada tiene de piedra inerte. Es más bien comparable a una joya que se inserta en un corazón o a una semilla que se planta en alguna parte de la tierra de la Iglesia para rege­ne­rarla, enri­que­cerla, fecundarla. Cuando llega esta semilla  se la mira un tiempo y luego se le da un nombre ¡Siempre se busca defi­nirla! Se ve su forma, se des­cu­bre en ella poten­cia­li­da­des, se imagina su evolución  Pero en rea­li­dad, no se puede saber bien lo que ella es y lo que será de ella, como no se puede saber el deve­nir de un bebé que se puede admirar en la cuna… Cuando se desarrolla todo carisma asombra  sor­prende, des­pista. Es que se asemeja al Espíritu Santo: no se sabe de dónde viene ni adónde va, jamás se logra tener una idea definitiva de Su figura. La tentación, es limitarlo,res­trin­girlo al concepto inicial que se tiene,encerrarlo en estructuraras estre­chas, no espe­rar de él ninguna novedadninguna creaciónninguna recreación

Puntos Corazón y las matemáticas (2005)

El Padre Thierry de Roucy en una conferencia en la universidad de Stanford, USA
Editorial de Padre Thierry de Roucy - De un Punto Corazón al otro Nº 50
Una noche, dos amigos de Don Gius­sani, que entonces tenía tan sólo dieciséis años, vinieron a su encuentro para preguntarle: «Escucha, si Cristo es todo, ¿qué tiene que ver con las matemáticas » Y don Gius­sani comentará tiempo después: «En mi vida, todo partió de esta cuestión. (...) Esta pregunta hizo converger en una iniciativa orgánica todo (pen­sa­mien­tos, sen­ti­mien­tos, acción) lo que mi vida sería capaz de dar después. (...) Nuestra fe reposa sobre esta pregunta y a ésta está sus­pen­dida».
Hace cinco años, cuando cele­brá­ba­mos los diez años de la Obra, consagramos todo un número de la revista «De un Punto Corazón al otro» para presentar la Obra en su conjunto -su historia  su espi­ri­tua­li­dad, sus rea­li­za­cio­nes-. Hoy, para el número cincuenta de nuestra revista, les pro­po­ne­mos una nueva descripción panorámica de la Obra, no porque la anterior se haya acabado  sino porque la Obra, como todo ser viviente, ha crecido y tiene una con­cien­cia más profunda de sí misma. Esta con­cien­cia más profunda de la que damos testimonio, yo la tra­du­ci­ría por la palabra «católica». Es decir que Puntos Corazón no se define como obra social o cari­ta­tiva, sino como una semilla  como un carisma que lleva en sí una renovación y un sentido llamados a transformar desde el inte­rior toda la rea­li­dad humana. De esto queremos humil­de­mente tes­ti­mo­niar en las páginas que siguen, siendo cons­cien­tes de que las reflexionares que hace­mos y las rea­li­za­cio­nes que des­cri­bi­mos están toda­vía en estado de esbozo y parecen una ínfima gota de agua entre la cantidad de esfuerzos per­pe­tra­dos uni­ver­sal­mente para cons­truir un mundo más humano.

¡Dieciséis años de edad! (2006)

Raúl, un joven del grupo de confirmación de las hermanas, Guayabo 2008
Editorial de Padre Thierry de Roucy - De un Punto Corazón al otro Nº54 – Septiembre 2006
Antes de que apa­rez­can todos los frutos de una vida o toda la pro­fun­di­dad de una Obra, es necesario espe­rar el fin de largos inviernos  Y aun cuando regresa el sol y los días de luz, no se trata de precipitar el tiempo de la cosecha o de urgir la hora del discursoPrimeramente es necesario vivir, callarse, apren­der a sufrir y a ser... Los autores espirituales de India dicen que son necesarios doce años de vida escondida. Yo creo que es verdad.
 ¿Con qué derecho recoger el fruto del sacrificio de otro antes de pagar el precio necesario?... 
Recuérdense que vuestra comprencion de la vida progresa con la misma lentitud de una carreta. El hombre impa­ciente corre, ávido de conquista  Ahora bien, si nuestra mente tiene alas para plantear por encima de la dificultades  nuestros pies pisan nuestra Madre Tierra, la labran y tro­pie­zan muchas veces contra las raíces y las piedras. Y después viene el tiempo de la siembra. Nuestros pies danzan de alegría  y esta alegría espontánea es la hija de nuestra alma. No olviden que las verdaderas cosas de la vida son mol­dea­das según un ritmo cíclico muy lento, com­pa­ra­ble al ritmo regular de las estaciones y de las estrellas. Este trabajo en pro­fun­di­dad se realiza en la penumbra, sin ruido.» 

«Las Vacaciones, una necesidad»

Padre. Thierry, hna Eleonor y miembros de la Frat. Kolbe

Por: Padre. Thierry de Roucy

El tiempo de vaca­­cio­­nes se acerca. Un tiempo cuya perspectiva nos ayuda a soportar el cansancio y las preo­­cu­­pa­­cio­­nes de los últimos meses, un tiempo que nos ha hecho soñar y que a veces nos decepcionante, un tiempo que pasa demasiado rápido y en el cual, para­­dó­­ji­­ca­­mente, sole­­mos aburrirnos.
Después de meses de vida laboriosa, todos estamos can­­sa­­dos. Can­­sa­­dos de correr sin parar, can­­sa­­dos de ver y escuchar cosas sin sentido, can­­sa­­dos de ser negli­­ge­n­­tes con lo esencial. Nue­s­­tro cuerpo grita: ¡ya no puedo más! Nuestros ojos y nuestros oídos están can­­sa­­dos de los horrores que ven y del ruido que escuchan: ¡te­­ne­­mos sed de belleza! Nuestra Inte­­li­­ge­n­­cia se rebela: ¿para cuándo la reflexión sobre nuestros «por qué»? Nue­s­­tro corazón rei­­vi­n­­dica: ¿cuándo podré amar gra­­tui­­ta­­mente? Así, después de meses de frenesí, nuestro ser está en estado de espera y no se trata solamente de un cansancio del cuerpo, como creemos a menudo, que el sueño o el mar o el sol apaciguarán. ¡Se trata sin dudas de una rei­­vi­n­­di­­ca­­ción general!


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